El color ejerce un efecto asombroso sobre la percepción, los sentimientos e incluso en la interacción con otras personas. Diferentes colores evocan distintos recuerdos y diferentes ideas.
En el dormitorio, el
lugar donde se supone que debemos estar más tranquilos, es importante elegir
bien el color para incrementar el
confort al máximo.
En el Feng-Shui, cada color se relaciona con un tipo de energía. A fin de escoger el color correcto para cada ambiente, la persona que habita o utiliza.
Los dos colores extremos son el blanco y el negro. El negro atrae mucho la atención y crea un efecto estimulante, pero también hace que una habitación se vea más pequeña, más cerrada, y puede crear una sensación algo siniestra. Usar demasiado negro puede provocar un efecto negativo sobre sus emociones. Mientras que su opuesto polar, el blanco, es aburrido. La mayoría de los cuartos se pintan de blanco y es el color que se usa por norma en todos los hogares. Sin embargo, el blanco es bueno para climas cálidos. Refleja la luz, ayudando a bajar las temperaturas de la casa, y da una sensación de frescor.
Los tonos de la tierra son suaves y darán la sensación de un dormitorio ordenado y cercano a la naturaleza. Estos colores incluyen marrones, naranjas y amarillos. El amarillo, sin embargo, suele resultar extremo e irritante, y cuando se lo rebaja de tono, se ve pálido y desagradable. El naranja es un color que se relaciona con la comida, y puede tentarnos a desear un bocadillo a medianoche.
En el Feng-Shui, cada color se relaciona con un tipo de energía. A fin de escoger el color correcto para cada ambiente, la persona que habita o utiliza.
Los dos colores extremos son el blanco y el negro. El negro atrae mucho la atención y crea un efecto estimulante, pero también hace que una habitación se vea más pequeña, más cerrada, y puede crear una sensación algo siniestra. Usar demasiado negro puede provocar un efecto negativo sobre sus emociones. Mientras que su opuesto polar, el blanco, es aburrido. La mayoría de los cuartos se pintan de blanco y es el color que se usa por norma en todos los hogares. Sin embargo, el blanco es bueno para climas cálidos. Refleja la luz, ayudando a bajar las temperaturas de la casa, y da una sensación de frescor.
Los tonos de la tierra son suaves y darán la sensación de un dormitorio ordenado y cercano a la naturaleza. Estos colores incluyen marrones, naranjas y amarillos. El amarillo, sin embargo, suele resultar extremo e irritante, y cuando se lo rebaja de tono, se ve pálido y desagradable. El naranja es un color que se relaciona con la comida, y puede tentarnos a desear un bocadillo a medianoche.
Los azules y los verdes evocan serenidad y paz. Son colores asociados a la naturaleza y los océanos. Usar profusamente estos colores en la decoración de la casa ayudará a calmar las emociones de sus habitantes. El rosa es aún más calmante, y a muchas personas les resulta imposible comportarse con agresividad cuando están rodeados por este color.
La cocina debe ser un ambiente amigable. Se trata de un sitio donde se degustan sabores, se reúnen los miembros del hogar o se bebe un trago al final de la jornada.
A continuación le brindamos algunas sugerencias, pero, por supuesto, la decisión final es suya.
El color que más se relaciona con la comida es el naranja. Éste tiende a despertar el apetito, y puede ser un color excelente para usar estratégicamente en la decoración de una cocina. Siempre que usted no esté a dieta.
El azul es el opuesto al naranja: reprime el apetito y elimina el hambre. Por éso tal vez le interese en este caso usar profusamente el naranja y limitar el azul.
Parece mentira, verdad? Pues si los colores tiene también su
porque.
Muy buena entrada, me identifico con el color rosa. Saludos
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